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La Ciudad Capitalista: Creadora de Arte Sin Aura

junio 27, 2007

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Para Benjamin la experiencia final del arte sería la explosión, lo cual se relacionaría con romper con el encierro y de tomar al arte como un proyectil para establecer una práctica artística y una crítica “apocalíptica” dentro de la cultura del consumo. Esta cultura del consumo, creada por nuestra sociedad capitalista, es creadora de un arte hecho para la comercialización, sin ningún propósito social ni cultural (el ‘arte’ en las estaciones de metro es muy lindo).

Tomemos un ejemplo juvenil y creado primordialmente de entre los escombros de la ciudad. La música punk que surgió en los años setenta puede ser analizada como una forma de explosión. La música punk para algunos fue la expresión directa de jóvenes desempleados protestando contra un tipo de ciudad y sociedad que los convirtió en excluidos, mientras que para otros fue una audaz movida capitalista para sobreponerse a la caída de la venta de discos en la industria musical. Esta idea caracteriza el ideal de la música rock, ya que es dicotómica por naturaleza. Para muchos, la música rock, y en este caso el punk fue una forma de protesta en contra del sistema en que vivían esos jóvenes, y así una forma de crítica y explosión hacia un sistema falaz. Sin embargo, esta música subsistió por la existencia de un mercado abierto a todo tipo de producto que pudiera traer beneficio económico.

 Lo relevante de este ejemplo es su carácter explosivo, el cual surge desde una localidad interna del mercado y del sistema para tratar de romper con ciertos paradigmas sociales, musicales y artísticos. Así como el punk, el arte de vanguardia, ya sea en la pintura, música o literatura, siempre ha tratado de lograr esto, muchas veces sin mucho auge popular, pero sin embargo, existente. Por esto, es necesario buscar ese arte aurático, que quizá no este a simple vista, cubierta por una ciudad preocupada de funcionar y seguir reglas, pero que debe estar en algún lugar.

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Tomás Mosqueira.

3 comentarios

  1. Estoy absolutamente de acuerdo con el análisis que heces del moviminto Punk, en términos estéticos, musicales y por cierto econémicos. Sim embargo, desde mi punto de vista, este tipo de movimientos «explosivos», pero siempre dentro del sistema, no son más que una quimera que cumplen la función de crear una ilusión de rebeldía y libertad frente a un contexto dado, una revolución dentro de una burbuja. De esta forma el capitalismo se aprovecha y asimila los movimientos revolucionarios, principalmente artisticos (musicales, esteticos, etc), y aunque an la actualidad constantemente surgan y terminen nuevas tendencias que intenten algún tipo de cambio, por lo general éstas se quedan en los grupos elitistas, sin la posibilidad de salir realmente a la luz, vale decir, si no existen en un universo social amplio, prácticamente no existen.


  2. Todos los hombres tenemos nuestro precio, no me excluyo.
    En algún momento o la necesidad o la ambición o quéséyo nos llama a amar el dinero y entrar en ese mundo del «todo vale».
    Todos los hombres tienen su precio y los punks incluso no fueron la excepción: su revolución duró lo que su energía juvenil. Pero aún así, y lo dices en la entrada, lo importante es la explosión. Si averiguamos en qué terminó cada revolucionario, nos daremos cuenta de que la mayoría, sino todos, habrán terminado sumados al sistema -vendidos al sistema como suele decirse. Pero habría que agregar un coloquial «hay que estar ahí».


  3. Sin duda el punk es uno de los tantos movimientos q se suma a las huestes de la rebeldía que no contiene otro impulso más que la reacción inmediata en contra de un sistema poco satisfactorio a muchos estratos sociales, lo que sucede es que todo sistema reaccionario se corrompe por el peso de su planteamiento, el punk no es más que otro objeto más del cual el capitalismo se apodero e hizo de este un arte barato y sin sentido, la ideología punky nunca trascendió más que de un corte de pelo o una chaqueta con puntas, sin ideas trascendentales y globales que busquen la destrucción de una idea global más grande toda ideología cederá. Saludos.

    Iván F. V.



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