Archive for the ‘Comunidad de Pirque’ Category

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Comunidad ecológica de pirque; espacio vigilado y castigado.

May 16, 2007

 

  “El espacio disciplinario  trata de establecer las presencias y las ausencias, de saber donde y como encontrar a los individuos, instaurar las comunicaciones útiles, interrumpir las que no lo son, poder en cada instante vigilar la conducta de cada cual, apreciarla, sancionarla, medir las cualidades o los méritos”

(Foucault, 2005, p.147)

El hallazgo del cuerpo de la joven Yocelyn Rivas, al interior de la comunidad ecológica de Pirque ha generado grandes polémicas. El argumento central por el que este grupo es criticado, es el entierro ilegal de la mujer. Hasta acá, parece lógica y aceptable la preocupación, ya que a pesar de que el ser humano esta dotado de libertad para decidir cual es la forma más adecuada para insertarse en el mundo, existen ciertas normas a seguir que hacen posible una convivencia social ordenada y pacífica, por lo que el vivir en sociedad implica ajustarse a determinadas formas de convivencia. 

Me parece plausible que las leyes se preocupen de imponer un cierto control sobre este grupo, ya que es evidente que se hace necesario el seguimiento de procedimientos tales como la obtención de un certificado de defunción y nacimiento. Así como también creo importante el hecho de dar asistencia médica a los partos u otras situaciones que lo requieran.

El debate central a derivado en un interés desmedido por saber quienes son los “extraños” que viven en esta comunidad, cuán diferentes son del resto, surge la preocupación por lo dominados  que están estos sujetos (en su mayoría jóvenes) por una creencia de tipo religiosa o esotérica. Cuán apartados viven de la civilización y las implicancias que esto puede tener en su eventual actuar con el resto de la humanidad. En definitiva, los medios de comunicación se han encargado de poner especial énfasis en la amenaza que supone este grupo a nuestra sociedad.  

En lo personal me llama la atención lo inquisidores que podemos ser como sociedad. Nos hemos acostumbrado a funcionar disciplinadamente, siguiendo leyes y pautas que determinan nuestro proceder como individuos. Somos dóciles al momento de seguir dogmas, reglas u obligaciones que emanen de una institución previamente reconocida como poseedora de poder. Ante esta nos rendimos y nos sometemos sin cuestionar, en ocasiones,  la legitimidad de sus imposiciones. De este modo no parece extraña la gran influencia que posee la  iglesia católica sobre los sujetos. El que hasta hace poco tiempo se amenazara con la existencia del infierno a fin de procurar acciones más rectas y morales, a pesar de generar críticas en ciertos sectores, no era motivo de alarma. Católicos o no católicos aceptan que cada quien crea en lo que le parece. Sin embargo surge una comunidad ecológica, como podría haber sido  la iglesia cristiana en sus primeros tiempos, y ante esta nos preocupamos del dominio que están ejerciendo los líderes sobre sus integrantes. Molesta la posibilidad de que en su interior se estén forjando nuevas formas de pensar y estar en el mundo. El contexto cultural marcado por la disciplina nos ha educado de modo que reaccionemos con temor ante grupos que se salen del contexto normativo.

    

Francisca Montero.

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¿Rebelión de los cuerpos o disciplina alternativa?

May 15, 2007

Lo primero que pensé cuando leí y relacioné las noticias sobre la Comunidad (o secta, como algunos medios se empeñan en nombrar) de Pirque con lo planteado por Foucault, fue que existía una comunidad que, como muchas otras, habían optado por una vida fuera del sistema y de sus leyes, gente que pensaba diferente y que quería ser coherente con sus ideas y vivir según ellas. Así crearon una forma de vida autosustentable y alejada del sistema y sus normas. Cuando se “descubrió” y difundió el entierro del cuerpo de la profesora de danza en los predios de la comunidad, las autoridades se espantaron, diciendo que éste era un acto ilegal, y de pasadita comenzaron a criticar las otras cosas que según ellos se salían de la norma: dijeron que atentaba contra los derechos de los niños que fueran privados de la educación tradicional y que no podía ser que esta gente no asistiera a los centros de salud como el resto de los ciudadanos.

Claramente todo esto tiene mucho que ver con Foucault, quien estudió los modos en que el poder penetraba en las formas de vida del hombre. La gente de Pirque reaccionó y rechazó precisamente el conjunto de reglamentos escolares, hospitalarios (y militares) que tienen, según Foucault, como objetivo principal controlar y corregir la vida de los hombres (“las operaciones del cuerpo”, según sus propias palabras). Estos cuerpos entonces, o vidas, que se han rebelado –aparentemente al menos- a estos dispositivos o ejercicios de poder, de esta forma dejan de ser vidas moldeables, dóciles y por lo tanto útiles para el sistema o poder que rige nuestra sociedad. Se han salido así de la lógica competitiva económica, laboral, educacional, consumista, etc. Es por esto que las autoridades actuaron rápidamente, supuestamente para proteger los “derechos” de esas personas…ya lo decía Foucault: a las disciplinas de poder no les gustan las aglomeraciones, “las pluralidades confusas, masivas, huidizas. Se trata de establecer las presencias y las ausencias, de saber dónde y cómo encontrar a los individuos, instaurar las comunicaciones útiles, interrumpir las que no lo son”. La comunidad rompía con el espacio inserto en el sistema, analítico, subdividido, vigilado y sobre todo útil, que crean las disciplinas. Estas disciplinas, que pretenden el “buen encauzamiento de la conducta”, que quieren enderezar y encausar las “multitudes móviles, confusas, inútiles de cuerpos y de fuerzas”.

Cabe destacar que la comunidad expresó que a ellos les importaba realmente la muerte de Jocelyn, con quien habían establecido un importante vínculo afectivo. Las autoridades y los medios se preocuparon en cambio de la parte legal de esta muerte, y la transgresión de las normas a través del entierro fue lo que los escandalizó. (la pregunta sería: ¿Por qué importa esto de lo legal – ilegal, derechos transgredidos o no, más que la vida misma que supuestamente se estaría resguardando a través de ellos?)

Ahora, no tenemos la información necesaria para afirmarlo, pero sí podemos preguntarnos si es que esta comunidad está realmente exenta de disciplina, qué tanta libertad hay en la vida que llevan. Según la carta escrita por ellos que se publicó en los medios, sus integrantes sólo siguen y confían en las leyes de dios, pero no sabemos qué formas emplean para cumplir esas leyes. Hay quienes piensan que cualquier forma de agrupación, cualquier célula social, incluso la familia, está regida por relaciones de poder e instaura normas de vida según ellas.

Lo otro interesante de pensar (y quizá desarrollar en otra entrada, porque se saldría un poco del tema) es el rol de los medios de comunicación en todo esto, que podrían tomarse, siguiendo los conceptos de Foucault, como una especie de panóptico posmoderno (que no se presenta ya como un espacio arquitectónico sino como un espacio virtual) que no sólo vigila sino que deforma y difunde una forma de ver la realidad que se objetiva a través de su publicación en un medio más o menos respetado y creíble.

Roxana Casas

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La Comunidad Indócil

May 14, 2007

“La posición del cuerpo, de los miembros, de las articulaciones se halla definida, a cada movimiento le están asignadas una dirección, una amplitud, una duración, su orden de sucesión está prescrito. El tiempo penetra el cuerpo, y con él todos los controles minuciosos del poder”. (Foucault, 1997, p. 156). 

La comunidad cristiana de Pirque, al exhumar ilegalmente el cuerpo de una joven embarazada hace 3 meses, trae a la palestra la preocupación que existe, por parte de las autoridades, sobre el tema de la evasión al poder central y, específicamente, a los mecanismos de “empadronamiento”. 

Para Foucault la combinación de las fuerzas exige un sistema preciso de mando y de registro permanente. La situación de los cuerpos no es un mero detalle. El cuerpo aparece como un bien estatal, por lo cual nadie tiene el derecho a disponer del suyo ni menos del cuerpo del otro. Es éste el gran error cometido por la comunidad de Pirque, ya que devela el incómodo hecho de que, en Chile, existen al menos150 sectas que funcionan “al margen de la sociedad” sin reconocimiento alguno por parte del Estado. 

Para irrumpir este espacio que había logrado durante tres años sustraerse del inquisitivo imperio de la ley (alias “biopolítica”), las autoridades esgrimen argumentos como la protección de los integrantes de dicha comunidad, la inadmisibilidad de que una embarazada sólo se medicamente con remedios naturales, la irregularidad por la falta de inscripciones de niños en el Registro Civil y la inconveniencia de que éstos nacieran dentro de esta comunidad y no en hospitales.  

Lo curioso es que la solución dada por estos mismos individuos radica en la concreción de un catastro oficial de sectas y de llevar un examen detallado de lo que ocurre dentro de las mencionadas comunidades. Adicionalmente, se quiere que los miembros de esta comunidad inscriban a sus hijos en escuelas, se controlen a las embarazadas y niños en los consultorios y se regularicen todas las situaciones de hecho que no cuentan con una inscripción oficial (nacimientos, defunciones, libretas de familia, etcétera), es decir, se pretende “encauzar las multitudes confusas, inútiles de cuerpos y de fuerzas en una multiplicidad de elementos individuales” (Foucault, 1997, p. 175) ya que “al asignar lugares individuales se hace posible el control de cada cual” (p. 151). 

Con esto no pretendo justificar una torpeza que tuvo como consecuencia la muerte de una persona, sin embargo, es preciso establecer límites y sanciones proporcionales a dicha negligencia.  

A pesar de esto, las pretensiones de encauzar las conductas de esta comunidad por parte de las autoridades, me parece, van más allá de la pena que corresponde por la desafortunada decisión de sepultar un cuerpo (acorde a las propias creencias de esta agrupación) al margen de lo prescrito por la ley. El castigo, hasta el momento, iría plenamente por el camino de docilizar a este conjunto de “porfiados”, lo cual definitivamente propasa las funciones y penas propiamente judiciales, hecho que atenta directamente contra la competencia de los tribunales de justicia. Por lo tanto, a mi parecer, hay una errada y excedida aplicación de la ley, que pretende ser ejecutada trascendiendo su ámbito de jurisdicción e intentando regular conductas que no corresponden estar bajo su alero castigador.

 

 

María de los Ángeles Quinteros

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Sectaria normalización

May 14, 2007

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Yo creo que el gobierno no se ha alarmado realmente por la muerte de la joven, sino porque ven en esta iniciativa un puntos de fuga al disciplinamiento que encierra al hombre bajo el supuesto de utilidad. Que un grupo de “ciudadanos” transgreda la norma y de cuerpos dóciles pasen a ser cuerpos de resistencia, es sumamente peligroso para el orden actual. Este es un claro ejemplo de “anatomopolítica”, tomar a los individuos, sus comportamientos y su cuerpo con el fin de producir cuerpos dóciles y fragmentados. “La disciplina como instrumento de control del cuerpo social penetrando en el hasta llegar hasta sus átomos; los individuos particulares.”

Hemos sido disciplinados para la producción, no para buscar el sentido en opciones de vida. Foucault plantea justamente que existe un “biopoder” que pretende convertir la vida en objeto administrable por parte del poder, siendo protegida la vida regulada. Somos cuerpos dóciles que nos creemos libres, y cuando algunos toman conciencia de este discurso, el sistema responde con toda su garra, para silenciar, descalificar y tildar de anormal y sectario.

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Se dice: “no es normal que un grupo de personas viva al margen de la sociedad y de sus leyes, no es normal que las mujeres embarazadas y los enfermos se les niegue atención medica, no es normal enterrar a los muertos en el patio de la casa, no es normal que los recién nacidos no sean inscritos en el registro civil, no es normal negarles la educación a los hijos, no es normal negarles la salud a los hijos.” Claramente lo normal tiene un fin utilitario impuesto por el discurso dominante. Me impresiona hasta que punto a los chilenos se nos han introyectado comportamientos. El peso del “deber ser”.¡Tan dóciles son nuestras mentes disciplinadas que nos creemos los parámetros que se nos imponen de normalidad.” “Normal” se refiere al promedio, a lo habitual en una población. De ello no se deduce que los “anormales” deban ser investigados o perseguidos.

Hay un discurso de respeto al la libertad que no es más que apariencias. La libertad se reduce al campo de lo legal, de lo que la ley permite, de lo que no pone en peligro al poder dominante. Los afectados opinan que «el abuso de poder es el que mantiene en injusticia a este mundo…Ha quedado de manifiesto por aquellos que manejan lo que sucede, que existe abuso de poder, que existe engaño. Han calumniado acerca de nuestra vida sin respetar en absoluto nuestra intimidad.” Hay una injusta intromisión en la vida personal de las personas, esa esfera que se supone es privada, que creemos no tiene nada que ver con lo político, con lo público, pero que se ve manipulada por el sistema…vigilar y castigar…

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Alessandra